domingo, 24 de febrero de 2013

Invitado a cenar


Hace un par de años ni siquiera se escuchaban los ladridos de los perros por la zona. A medida que se han ido vendiendo más pisos, el número de personas ha aumentado y por tanto el número de perros maidanezi (callejeros) alimentados y consecuentemente el número de reproducciones al año. Hoy por hoy y sobretodo en verano los conciertos nocturnos son nonstop.

Esta es nuestra segunda visita en el tiempo que llevamos viviendo en este bloque. 

Opiniones aparte en relación a la problemática con los perros callejeros, uno no puede resitirse a dar cobijo a un bicho de estos que te llora en la puerta para que lo dejes entrar al bloque y pasar la noche probablemente en la alfombra de la entrada de tu casa.